Cómo las pequeñas acciones cambian al mundo
Quizás has escuchado a varias personas comentar sobre el actual movimiento de eliminar los sorbetos (pajitas) de plástico del mercado para dejar de contaminar la Tierra. Algunos opinan que es un intento fútil e idealista (que no nos llevará a ninguna parte). Ponen en perspectiva las miles de toneladas de plástico que se desechan diariamente a los océanos. Lo mismo se piensa de otros movimientos que buscan cambiar un problema colectivo con cambios individuales. Piensan que estos intentos son solo muestras de hipocresía. Incluso yo en algún momento llegué a pensar lo mismo. Pero luego de investigar otras fuentes y hacer una larga reflexión, llegué a la conclusión de que sí se puede hacer un cambio significativo por estas 4 razones:
1. Primero tenemos que cambiar nuestra forma de pensar y dejar atrás el pesimismo
Solemos pensar que cambiar al mundo requiere de una fuerza colectiva y por ende de un gran esfuerzo. Pensamos que requiere una extensa planificación. Por eso la mayoría prefiere hacer pequeños cambios en lugar de convertirse en líderes revolucionarios. Porque se cree que movilizar las masas implica hacer sacrificios que la mayoría no estaría dispuesto a hacer. Hasta Winston Churchill dijo: "Todos quieren ser importantes, pero nadie quiere ser útil". Sin embargo no tenemos que verlo así. Nuestros pensamientos e ideas son un universo, con la capacidad de manifestarse exteriormente. Cada uno es su propio mundo, fácil de cambiar.
Haciendo un cambio interno (en nuestros hogares y forma de pensar), vamos a estar contribuyendo a mejorar nuestra propia realidad y la de otros. Este es el primer paso ya que rompe con el miedo paralizante.
Sin este cambio interior no se podría romper con la oleada de pesimismo que muchas veces no le permite a una persona perseguir sus ideales.
2. Está en nuestra naturaleza querer ayudar
Desde un punto de vista biológico, nuestras decisiones están gobernadas por un instinto de preservar la especie humana; somos filántropos por naturaleza. A su vez, nuestros genes nos dictan que para cuidar nuestra especie también debemos cuidar al planeta. Por eso aborrecemos las guerras, la hambruna, la pobreza, la extinción de especies de animales, la contaminación ambiental, la deforestación, etc.
Todos estos factores están conectados y nos afectan a nosotros también. Esas son cosas de las que a nadie le gusta ni siquiera hablar porque les hace sentir impotentes. Nos mentimos a nosotros mismos pensando que son problemas ajenos. Pensamos que ocurren en un lugar muy lejos de nosotros, pero vivimos en el mismo planeta y es más pequeño de lo que parece. Cuando nos negamos a afrontar estos problemas se crea una inconformidad en nuestra sociedad porque va en contra de nuestra naturaleza. Por eso hoy en día vemos más casos de ansiedad, depresión y suicidios. Llevamos un estilo de vida poco natural.
Para volver a sentirnos en armonía con nuestra naturaleza debemos hacer lo que creamos correcto.
Podemos dejar de comprar bolsas plásticas y sorbetes, reciclar, sembrar, comer más sano, dejar de comprar a empresas multimillonarias y apoyar negocios locales, dejar de comer carne, dejar de desperdiciar agua, reconectar con nuestra salud espiritual y buscar ayudar al prójimo aunque sea de la manera más simple y sencilla, etc. Hacer estas cosas nos ayudan a sentirnos mejor (más felices, más productivos y hasta realza la autoestima).
3. Esas acciones son las que de a poco abren los caminos a ideas innovadoras y revolucionarias
Los líderes no son solo las personas que generan cambios significativos en su entorno y que movilizan grandes masas. También hay líderes comunitarios y líderes de hogar, que cualquiera puede llegar a serlo.
Usted puede convertirse en un líder de su comunidad con tan solo organizar una pequeña recolecta de donaciones, compartir sus ideas, dando un ejemplo positivo y simplemente dedicándose a hacer lo que le hace feliz.
Esas acciones son las que de a poco abren los caminos a ideas innovadoras y revolucionarias. Esas son las acciones que asientan el camino a grandes líderes. Todo gran logro de la humanidad fue producto del trabajo acumulado por varias generaciones anteriores.
4. Las ideas crecen y se esparcen como semillas
Para poder inspirar a grandes líderes, primero es necesario que alguien siembre la semilla del conocimiento. Por eso los niños son tan importantes; todos tienen el potencial pero dependerá de lo que les enseñemos. Por eso cada día son más las personas que buscan ayudar a proteger el ambiente y optan por opciones más ecoamigables. Quizás siguieron el ejemplo de su familia o crearon sus propios ideales de lo que es "correcto".
Una idea se esparce más rápido que un virus''
En conclusión, cuando damos un buen ejemplo a otra persona, este se esparce como semillas. El ejemplo puede llegar por parte de amigos, vecinos, un anuncio en la tele, un mensaje en las redes sociales, en el periódico, por la radio, etc. No importa cómo lo hayan aprendido, lo importante es que de alguna forma alguien los concientizó. La idea va creciendo, y una idea se esparce más rápido que un virus.
Por eso no debemos perder las esperanzas de que los pequeños cambios y esfuerzos en nuestras vidas son inútiles. Esos cambios inspirarán a otras personas a seguir los mismos pasos. Así asentamos el camino hacia algo más grande. Lo importante es no perder nuestra integridad y hacer siempre lo que creamos correcto.
Por eso Gandhi decía: "Sé el cambio que quieres ver en el mundo".
Por Amanda Meléndez (amanda.melendez2.am@gmail.com)