El café es un producto de origen vegetal que presenta una serie de componentes similares a otros encontrados también en la naturaleza, como el cacao y el té.

Si bien contiene altos niveles de vitamina B12, minerales como el potasio y antioxidantes que pueden resultar muy beneficiosos para nuestra salud, su principio activo es la "cafeína": una substancia psicoactiva y que químicamente hablando se clasifica como una xantina. 

Los seres humanos, al igual que el resto de los animales somos incapaces de sintetizarla, de allí surgen los impactos negativos en nuestro cuerpo cuando es consumida en exceso, y algunos de los síntomas que podemos notar están asociados a la sobre estimulación del sistema nervioso ya que libera adrenalina y nos lleva a pasar por cuadros de ansiedad, pero también tiene un gran impacto sobre el sistema respiratorio y cardiovascular ya que eleva la presión arterial, y gastrointestinal debido a la provocación que sufren nuestros intestinos. 

Por eso, la dosis diaria recomendada es de 400mg de cafeína (4 tazas), para no poner en riesgo nuestra salud, aunque debemos saber que a partir de la primera taza (100mg) y luego de 30 minutos de haberlo ingerido, la cafeína ya empieza a hacerse notar en nuestro organismo generando las primeras señales como la falta de sueño. 

Entre la segunda y la tercera taza vamos a notar una aceleración en nuestro metabolismo, lo que nos pone en un "estado de alerta", y a partir de la cuarta taza vamos a haber aumentado nuestro colesterol y el riesgo de padecer osteoporosis ya que disminuye nuestra densidad ósea, podremos también sufrir úlceras y acidez estomacal, deshidratación por la micción frecuente y hasta cabe destacar que el tostado del grano propicia el cáncer y puede llegar a dañar nuestro sistema reproductivo si la dosis recomendada se duplica. 

"La cafeína no está presente solo en el café, sino también en gaseosas, bebidas energéticas, té negro, etc"

Quizás resulta impensable que alguien pueda consumir 8 tazas de café diarias, pero no nos olvidemos que al actuar sobre nuestro sistema nervioso genera adicción y debemos tener en cuenta que la cafeína no está presente solo en el café, sino también en gaseosas, bebidas energéticas, té negro, etc.

Otras Alternativas 

Una buena alternativa para quienes piensan que su dosis diaria es mayor a la recomendada, o para quienes presentan algunos de los síntomas asociados al consumo excesivo de cafeína, son los cafés de frutos como el higo, el mistol o el de algarroba. Éste último es el gran favorito con un delicioso sabor tostado y un dejo a cacao y se convierte en una excelente alternativa para empezar a incorporar paulatinamente a nuestra cotidianidad, y si aún no estás decidido podemos mencionar que es un producto que no tiene contraindicaciones y está dirigido especialmente a personas diabéticas, hipertensas y pacientes coronarios de alto riesgo.

Finalmente, recordemos que la clave de un cuerpo sano es una alimentación equilibrada y variada, asegurándonos de completar así los requerimientos nutricionales y potenciando los beneficios que cada alimento consumido nos brinda.

Fuente:

www.infoalimentacion.com/Lic. en Psicología: María Dolores Más (Bogotá)

Instagram: @menteenverdee

Escrito por Fernanda Lanaro (mfernandalanaro@outlook.com)

Editado por Amanda Meléndez (amanda.melendez2.am@gmail.com) 

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